La práctica que está en el calendario de hoy, me ha hecho reflexionar durante todo el día.
Silencio para rendirse y confiar
En yoga hay muchas posturas (asanas) que pueden considerarse difíciles, dependiendo del cuerpo, la experiencia y la práctica de cada persona.
Pero hay algunas que, en general, se reconocen como especialmente desafiantes por requerir gran fuerza, equilibrio, flexibilidad y concentración.
Algunas de las más conocidas. Mayurasana, Sirsasana, Mayurasana, Vrksasana, Kapotasana.
En el fondo, más que “difícil” cada postura tiene su propio desafío, unas piden fuerza, otras apertura, y otras las más profundas, humildad y paciencia.
Según muchos maestros tradicionales sobre todo en la línea del Hatha y el Ashtanga Yoga, la postura más difícil no es necesariamente la más acrobática, sino la más silenciosa.
Savasana, la postura del cadáver.
Parece sencilla te recuestas boca arriba, cierras los ojos y descansas. Pero su verdadera profundidad está en rendir el control, soltar el cuerpo y calmar la mente completamente, algo que incluso los practicantes más avanzados encuentran desafiante.
“Dominar el cuerpo es fácil, dominar la quietud es un arte.”
Savasana es, en apariencia, entrega, pero en esencia, es el arte de rendirse sin perder la consciencia. No se trata de quedarse dormido ni de huir del pensamiento, sino de observar sin identificarse, permanecer en una quietud lúcida.
Dominar la mente o más bien, aquietarla es el mayor desafío, porque el ego busca constantemente hacer, pensar, controlar.
En Savasana, todo eso se disuelve. Por eso, muchos maestros dicen que quien realmente puede permanecer consciente en Savasana, ha comprendido la verdadera práctica del yoga.
“El cuerpo reposa, la respiración fluye, la mente calla, y el ser simplemente es.”
Desconectar del mundo y convivir con el silencio es exactamente la esencia de Savasana. En ese silencio no hay esfuerzo, ni meta, ni máscara, solo presencia pura. Es el instante en que el cuerpo se entrega y la consciencia se queda despierta, sin necesidad de intervenir.
Muchos practicantes de votos buscan durante años esa sensación la unión entre la quietud y la lucidez, donde el silencio no es vacío, sino plenitud.
Una bella manera de estar en este mundo. En medio del ruido, conservar el silencio interior es una forma profunda de libertad. No se trata solo de no hablar, sino de no dejar que el ruido del mundo penetre el corazón.
Ese silencio que cultivamos en Savasana se convierte entonces en un refugio permanente, un espacio al que puedes volver en cualquier momento, incluso con los ojos abiertos.
“El sabio no busca huir del ruido, sino escuchar el silencio que existe dentro de él.”
Feliz noche 🌙💫✨✨✨